lunes, agosto 21, 2006
buena noche
estuve esperando el camión por varias horas, la luna y la noche se me escaparon varias veces y traté de ser prudente, pero no lo logré, así es que me subí a un taxi, sabiendo que no tenía nada de dinero y que tendría que correr unos instantes después.
le dí las direcciones al chofer antes de que arrancara, derecho a la derecha el parque y punto. cuando comenzamos a avanzar, la camioneta de atrás, roja casi como la sangre, nos mentó la madre con el claxon, el taxista sacó una pistola de la guantera y creí que iba a perseguir al idiota que pitó sólo porque lo retrasamos unos segundos, pero se volteó y me apuntó a la cabeza.
- ¡cáite orita con el varo!- aclaró su garganta discretamente y dijo: ¡no tengo tiempo para mamadas!
tardé casi una hora en convencerlo de que no traía dinero, que al abordarlo planeaba bajarme rápidamente y huir, internarme en el parque para esconderme y luego correr a mi casa cuando estuviese seguro. me registró en un callejón hasta que no quedaba duda alguna; lo único que traía eran; mi boleto del metro y dos pesos para el trolebus.
me lanzó una ultima mirada, como de perro asesino a punto de atacar, abrió la puerta, miró al frente, se aferró al volante y agregó casi como resignado: ¡bueno cabrón! ojo por ojo. ¡ahora no te llevo puto!
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Comentarios de la entrada
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Eso si es triste. Justo, pero triste.
ResponderBorrarjajaja, ¡qué bonitoo!
ResponderBorrarjajaja, más comentarios insustanciales a continuación.