martes, agosto 22, 2006

ella manda...

no sé cómo reclamarte que te dejé ir, que ya no te siento. no tienes ni tendrás una idea de lo mucho que te odio. que me haces falta. por haber llegado así, aviso aparte, e imponerte al tratarme de manera tan audaz. hoy, como casi nunca, siento que te amé demasiado. mira, que cada vez que te recuerdo quiero pensar en otra cosa, y, aun así, me lleno de pronto de sonrisas que, sin saber cómo ni cuándo, han caducado desgraciadamente. me arrepiento por no ser importante. me voy de frente contra el río, me sé incapaz de cualquier cosa mientras lloro. pero no es igual. no entiendo qué ni entiendo cómo; me detengo a punto de estrellarme y es justo el momento para verte y saludarte y mencionar cuánto lo siento y estás loca y que te salgas de mi vida. toqué tu voz y lloré, porque no sé tu nombre, y no me importa.

¿será necesario creer en ti para saber que existes? escucho tu voz, no hay nada más aunque lo busque. pero tienes estudiada esa sonrisa. mi vida entera se me va perdiendo entre tus notas tus labios.
y todo el mundo sabe que vendrás a diario, o quizá cuando te dé la gana. antes todo era tan fácil, no conocía el sonido de tu boca. y creo que no quiero verte nunca, te amaría de sobra, demasiado así que sería incómodo en el mundo donde llegas a veces a sentirte tan a gusto. ¿sabes? no sé cómo evitarte ya en mi vida, y no entiendo de ti y de mí unidos en una sola historia, no es posible. pero también sé que podemos aprender a vivir el uno sin el otro. me guía una tristeza a todas partes; y me sigues y te vas desesperando.

te odio tanto; porque te clavaste desde afuera en un astuto ir y venir y llegar así sudando, sin notarlo, llegaste a nuestras vidas a romper con ese algo; porque quizá mañana tú, tan elegante y yo con una rosa clavada espina a espina, mano sangrando; nos veamos sin querer en el agua tan poderosa, tan noble y yo; que puedo adivinar, sin equivocarme, la forma de tus pies, siempre y cuando no me hayas mentido, me enamoraré de tus pasos y correré hasta ti. en estéreo me sirve creer que hay otra mujer-tú que vive fuera de tu cuerpo y que puede estar aquí conmigo. si pudiese simplemente abrazar esa voz... y en una sombra donde nadie tenga acceso para verme o tocarme, en un destello del hambre, aprenderé a hacer de tus besos metáforas para poder hablar de ti de día y de noche, para que el mundo no sospeche nada.

sé, que a cada paso que doy hacia ese vestido largo que lo mismo golpea tu cuerpo que al viento, hacia tu cabello al ritmo de las olas de abajo, tus pies inmóviles; me voy perdiendo más en la locura que has creado. mujer casa del árbol, me confundo con todas tus restricciones, me dejo llevar todo lentamente hasta tus labios, y no sabes besarme, o no te dejas.

3 comentarios :

  1. obliguela... pos qué !

    saludos !

    ResponderBorrar
  2. AHhhhh se me equivoque, quise decir que si por qu eno tienes el verificador.

    un abrazo.

    ResponderBorrar
  3. Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

    ResponderBorrar

digan lo que digan los demás.