martes, septiembre 02, 2014

—sí, estoy bien mamado, pero me caga hacer ejercicio— dijo el mamer con cara de compungido.
—y ¿por qué haces ejercicio?— ella le preguntó con cara de más compungimiento que la de él

había empezado a hacer ejercicio porque se enamoró de una chica que pasó junto a él afuera de su casa. tenía unos ojos cafés y grandotes y le regaló una sonrisa mientras pasaba a su lado. él, no pudo evitarlo, volteó a verle las nalgas. no era que para este punto no estuviera ya perdido en su amor por ella, ni modo, pero esos glúteos inmensos y las piernas rebozando musculatura le dijeron que tenía que inscribirse al gym que estaba a unos pasos de ahí. era de noche, estaba lloviendo, y, ella, en shortcitos apretados,sólo podía venir de ese lugar. 

"ni pedo" pensó "me voy a tener que poner a hacer ejercicio si quiero conquistar el corazón y el culito del amor de mi vida"

al otro día ya estaba inscrito; se subió a la máquina de correr por horas, esperando que la culona regresara. si él me escuchara decirle culona seguro me pegaría. 

—me inscribí al otro gym de la zona al otro mes, tampoco estaba ahí, iba todos los días. cambié de gym mes tras mes. estaba seguro de que iba a encontrarla uno de esos días. sigo yendo, ya no sé si voy a encontrarla. pero llevo tres años y medio haciendo ejercicio diario esperando que pase frente a mí con sus likras negras y el calzón azul turquesa asomado por abajo y me vuelva a sonreír así. entre tanto me he puesto bien pinche mamado y creo que ya ni le voy a gustar como cuando era un pinche panzón cualquiera. lo chido y lo no tan chido es que me he dado a todas las morras que me recuerdan a ella, y que por alguna razón creo que son ella la primera vez que las veo. ya en el cachondeo les pregunto si son ella y se sacan de pedo bien cabrón. porque ninguna es ella. y bueno, pues se siente feo, pero tengo que encontrarla. 

después de contárselo a medio mundo con la esperanza de que alguno de sus escuchas fuera a contarlo a sus amigas y entre ellas se encontrara la nalgona de las likras negras, se fue a dormir una noche convencido de que su búsqueda era una pendejada. y se la jaló por última vez pensando en ella, al otro día faltó al gym y se compró un chocolatín de 20 pesos en una panadería fresa de la condesa. 

 FIN 

2 comentarios :

  1. Esta bien chingon

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