miércoles, enero 12, 2011

martes, enero 11, 2011

De las cartas que nunca he escrito pero me robé de algún lado.

"¡Ay manita! Tengo que morirme pronto. ¿El cielo será un lugar bonito? Tengo seis pares de calcetines, pero nunca encuentro el juego. En fin. ¿De qué estábamos hablando? El problema es comenzar por el principio. Los finales siempre son suficientemente complejos pero demasiado tentadores como para hacerles caso. Manita, manita... ¿De qué color son tus ojos? ¿Por qué me gustas tanto? El día que te encuentre en la calle; así sin más te voy a plantar un beso. Quizá siete. Manita... ¿Y si te pierdo un día de estos? No quiero ser culpable de tus desgracias. ¿De qué color eran tus ojos? Sal, piénsame mucho manita. De cabeza y de pie; en las malas y en las peores. ¿Por qué será que siento que debo estar cerca de ti para poder respirar? Manita: ¿Quieres meterte conmigo? Tengo ganas de acordarme de tus manos... un ratito."