la mayoría de las veces no importa si subes o bajas. el problema es cuando empiezas con los achaques de un viejo y todavía no cumples 30 años.
hace lustros compré una pomada para rozaduras, porque mi novia de aquellos ayeres se irritaba cada vez que cogíamos, literalmente, su vagina se hinchaba pero no era el duraznito pulcro y suave que me ofrecía con el calzón abajo y los pelos arriba. al terminar aquello se parecía más al ojo de un boxeador después de un TKO. fui a la farmacia, pedí el capent, y ella me dejó por otro wey con un pene más flaco o con una pasión menos abrumadora. hoy utilizo el ungüento para después de cagar... utilizo la práctica toallita húmeda, que se mancha de sangre, y procedo a aplicar aquella pomada que alguna vez guardé para recordarme mi desgracia, hoy la subraya y no puedo hacer nada más que llorar. pero poquito.